El monocultivo ha sido la principal forma utilizada por los agricultores y ganaderos para producir alimentos con el fin de alimentar a una población en continuo crecimiento. Este tipo de producción ha causado no uno, sino varios problemas al planeta.
La pérdida de nutrientes del suelo, su degradación y los incendios forestales son algunos ejemplos, y todo porque la población de nuestro planeta crece cada vez más, demandando cada día más alimentos.
En los últimos treinta años, se ha desarrollado un nuevo método en algunos lugares de Brasil. Los agricultores (o granjeros) ya no optan por el monocultivo, sino que siguen otra vía de producción, denominada Agroforestería o Agricultura Sintrópica.
Ernst Götsch es el pionero que inició la metodología hace tres décadas. Ernst es un investigador agrónomo suizo conocido por idealizar y difundir la agrosilvicultura en el estado de Bahía, en el nordeste de Brasil, y posteriormente en todo el país.
Götsch había trabajado muchos años con la mejora genética, con el tiempo empezó a preguntarse si era realmente válido modificar genéticamente la planta para que sobreviviera en diferentes escenarios y ambientes como se hace hoy en día en monocultivo.
En lugar de hacer eso, Götsch decidió mejorar la producción de cultivos en un entorno más rico. Ernst transformó una zona degradada de 500 hectáreas en un bosque tropical productivo en Bahía.
La producción de alimentos no es el único objetivo del método agroforestal, también es una herramienta muy útil para recuperar zonas degradadas con el fin de devolver al suelo su capacidad productiva.
El método se caracteriza por la organización, integración, equilibrio y preservación energética del entorno, permitiendo que el ecosistema funcione en una configuración natural.
En la práctica, las plantas se cultivan en formato de bosque, mezcladas con diferentes tamaños y características unas junto a otras. Gracias a esa disposición, el ecosistema empieza a vivir y crecer de forma sinérgica, compartiendo nutrientes, agua y protegiéndose mutuamente de las plagas. El resultado es la transformación de un pequeño ecosistema en un gran bosque, donde todo está conectado.
"Sin agricultores, no hay comida, la profesión de agricultor no se fomenta en las escuelas, ni siquiera dentro de la familia, porque es una vida dura, el suelo se degrada rápido de la forma en que se hace la agricultura, cada año va a peor.
Pero en un lugar donde las cosas mejoran cada año se crea una especie de espiral de crecimiento", dice Marsha Hanzi comparando el monocultivo y la agrosilvicultura. Marsha es una norteamericana que vive en Marizá, en Bahía, Brasil. Es la responsable de la granja Epicentro.una zona que ella y sus colaboradores recuperaron con éxito utilizando la agrosilvicultura.
El suelo de la explotación pasó de ser arenoso a rico y muy productivo, lo que demuestra que los agricultores y ganaderos deberían prestar más atención a la agrosilvicultura.
En el monocultivo, el suelo se degrada perdiendo nutrientes a medida que se producen las cosechas, además del uso de pesticidas y fertilizantes químicos que también afectan a la calidad del suelo haciéndolo pobre y difícil de recuperar cada temporada.
Por otra parte, la agroforestería no utiliza pesticidas ni otros productos químicos, teniendo el efecto contrario al monocultivo, el suelo se vuelve inmensamente rico en cada nueva cosecha debido a la disponibilidad de la materia orgánica restante - aumenta la cantidad de carbono presente en la superficie del suelo, en la planta, por lo tanto en el medio ambiente.
De este modo surge un ciclo del agua que permite al ecosistema construir una producción autosostenida de agua en lugar de limitarse a consumirla.
Todo ello aumenta la biodiversidad, se retienen más nutrientes del suelo, cambia el microclima y aumenta la humedad relativa.
Los principales objetivos de la agroforestería son: crear más vida, más fertilidad del suelo y un entorno que prospere de forma natural.
Otras razones positivas para implantar la agrosilvicultura son:
- Reducción de los costes de plantación y mantenimiento
- Aumento de los ingresos de las familias de agricultores
- Mejora de la calidad de los alimentos,
- Reducir la erosión del suelo
y como decía antes,
- Recuperación de zonas degradadas.
En el documental titulado El libro de la naturaleza explica que "la Agricultura Sintrófica es lo contrario de la Entropía que con el tiempo, agota el suelo, quedando vacío de nutrientes, y en un sistema Sintrófico cuanto más se trabaja en él, se desarrolla y se relaciona con estos recursos, estos mismos recursos crecen y se hacen más grandes aumentando en todos los aspectos".
Es hora de empezar a poner en práctica formas de vida alternativas, formas que no causen daño ni contaminación a nuestro planeta.
El monocultivo no es una opción de producción sostenible a largo plazo, consume -sin devolver- muchos recursos del suelo, dejando tras de sí un medio ambiente deficiente.
Por lo tanto, la agrosilvicultura enriquece no sólo el suelo sino todo el ecosistema, además de ayudar a los entornos pobres a recuperarse y volver a ser productivos.
La agrosilvicultura, esta nueva metodología inspirada en la naturaleza, puede ser un paso importante para reducir problemas como el cambio climático, la degradación del suelo y los cultivos transgénicos, ofreciendo y generando un impacto más positivo a escala mundial. Cada día es un día de cambio. Así que empecemos ahora.
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