Lo creas o no, la idea es el aspecto principal de una infografía. Ni siquiera deberías empezar si no tienes una buena idea que merece una infografía.
- Ah, hum, vale, pero ¿cómo sé si tengo una buena idea? Excelente pregunta.
Una buena idea para una infografía es una conclusión, una historia que quieres contar y que está respaldada por datos buenos y fiables. Es esta idea, con un horizonte claro al que quieres llegar, la que elaborarás cuidadosamente con texto, gráficos y elementos visuales.
La historia desempeña un papel importante en la tasa de éxito de su infografía. Es aquí donde debe dedicar la mayor parte del tiempo. Tenga claro el mensaje que quiere transmitir antes de buscar en Google imágenes para ilustrarlo.
Esta es una idea infográfica floja: "La obesidad es un problema de salud pública"
Esta es una idea infográfica fuerte: "La obesidad se convirtió en un problema de salud pública en EE.UU. en los últimos 30 años, según el aumento medio del IMC"
Un concepto es un remate bien definido, inspirado en una idea interesante, que utilizará para empezar a crear su infografía.
Al crear el concepto de una infografía, debe plantearse estas preguntas fundamentales:
- ¿Cuál es mi objetivo con esta historia?
- ¿Quién es mi público? ¿Para quién estoy creando?
- ¿Tiene sentido la historia para el público? ¿Es interesante?
- ¿Cómo ayuda, inspira o informa?
- ¿Cómo captar la atención? ¿Cuál es la gracia?
- ¿Qué datos respaldan mis afirmaciones? ¿Proceden de una fuente fiable?
Una mala idea trae confusión y le hará perder tiempo durante el proceso creativo y probablemente resultará en una infografía poco interesante. Aunque elijas una ilustración maravillosa, sin una historia no tendrás una infografía útil.
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