Cuando hablamos de arte científico, la mayoría pensamos inmediatamente en ilustraciones superrealistas y complejas. Pero, ¿y si no tiene por qué ser así?
Eso es lo que pensaba Charley Harper.
En una época en la que el arte científico se centraba en ilustraciones que representaban fielmente los más pequeños detalles del mundo real, Charley nos dio un nuevo punto de vista.

Se autodenomina artista-naturalista y dedicó su carrera a ilustrar la vida salvaje. Sin embargo, no lo hacía como la gente estaba acostumbrada. Echa un vistazo al estilo de Charley:
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El trabajo de Charley tiene un poco de humor y un guión mucho más sencillo que sólo tiene en cuenta la información relevante. Su sentido de la vida y de las formas con un pequeño giro garantizaba una enorme repercusión. Así es como se convirtió en una referencia en el mundo del arte científico.
Como dice el propio Charley, fue el único artista salvaje al que nunca se comparó con Audubon - uno de los mayores talentos del arte científico.
El mensaje es claro: no hay necesidad de complicar las cosas. Cada guión tiene un propósito y debe ser intencionado.
Sus ilustraciones desmitifican la idea de que sólo las figuras muy elaboradas tienen posibilidades en el mundo científico. En cambio, demuestran que simples y funcionales funcionan igual de bien.
Todas estas ilustraciones nos hacen reflexionar un poco más:
¿Te tomas un momento para preguntarte en qué estás invirtiendo tu tiempo? ¿Cuántas veces piensas en la pertinencia de escribir un artículo? ¿O elaborando un gráfico? ¿Y en tus cifras?
La perspicacia de Charley nos enseña a pensar y actuar con sentido. Si recibes el mensaje sin él, ¿para qué tenerlo?
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