Ser científico no es tarea fácil. La autonomía de tener tu propio trabajo viene acompañada de una gran presión por mostrar resultados. Debemos ser organizados, estar al día y ser resistentes. De lo contrario, obtener un resultado no significativo puede derribar hasta al más optimista de nosotros. Todo ello porque la ciencia es algo incierto que requiere mucha energía y tiempo.

No sólo eso, ser un científico de la vida puede ser un reto por muchas otras razones. Por ejemplo, ¿cuántas veces hablamos de temas que solo entienden (o con los que empatizan) otros científicos de la vida?

Respiremos hondo y analicemos cuántas veces hablamos de cosas como:

  • Cultivo de hongos y bacterias
  • Eutanasia o disección de animales pequeños
  • Hablar de parásitos, enfermedades y vectores (especialmente durante las comidas).

La lucha de los científicos de la vida

El día a día de un científico de la vida abarca un amplio abanico de situaciones incómodas. Sin embargo, ¿nos damos cuenta realmente de lo extraño de estos temas? Algunas situaciones nos resultan tan cotidianas que perdemos la sensibilidad hacia ellas. El problema es que llegamos a un público amplio con nuestras investigaciones y la forma en que lo comunicamos importa.

Vale, nuestro trabajo como científicos es comunicar información relevante, ¿no? Pero, ¿cómo hacerlo sin cruzar la línea de lo incómodo para los demás?

Desde hace unos años, la ciencia es mucho más consciente de su impacto. En lugar de utilizar imágenes perturbadoras, los científicos decidieron aplicar un nuevo enfoque. Un enfoque que cierra la brecha entre la gente corriente y la comunidad científica.

¿Te imaginas tener imágenes como éstas en tus trabajos o presentaciones?

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En su lugar, empezó a aparecer un enfoque mucho más suave. Todo ello para cambiar la imagen sesgada que la gente suele tener de un científico de la vida y de la propia ciencia.

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Este movimiento de sensibilización en la comunicación científica hizo que los investigadores dejaran de utilizar imágenes reales de sus experimentos. De este modo, los científicos evitan que la gente se escandalice y se ofenda por sus investigaciones.

Sin embargo, ha aparecido una nueva laguna: si ya no utilizamos imágenes reales, ¿cómo presentar visualmente nuestro trabajo?

Como científico, probablemente hayas intentado utilizar herramientas como Power Point o Paintdash para satisfacer tus deseos de ilustración científica. ¿Cómo fue esa experiencia? Probablemente muy frustrante.científico de la vidaLa ciencia moderna requiere ilustraciones amables y funcionales. Esta combinación garantiza un buen feedback sobre cómo se presenta una investigación simplemente porque es agradable a la vista y fácil de entender. Sin embargo, no es fácil encontrar este tipo de ilustración. Las ilustraciones científicas están cada vez más de moda. Si no eres ilustrador científico, puedes buscar herramientas o profesionales que te ayuden a comunicar tus hallazgos.

Mind the Graph se percató de esta carencia. Así, creamos nuestra propia biblioteca científica a disposición de cualquier persona. Queremos ampliarla e incluir todos los campos científicos, siempre con el objetivo de mejorar la comunicación científica.

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El futuro de la ciencia está en mostrar más que en contar. la obra habla por sí sola. Sin embargo, esto sólo será posible si la gente se siente atraída por lo que ve.

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