El sistema de recompensas
Una estrategia de motivación interna controla el esfuerzo que hacemos para lograr un objetivo.
La pregunta es: ¿Qué nos motiva a dar nuestro mejor esfuerzo hacia cualquier objetivo, por aparentemente insignificante que sea? ¿Es nuestro cerebro el que trata de atraernos hacia una recompensa como estrategia de motivación que nos impulse hacia adelante? ¿Qué razones hay detrás de nuestras acciones?
El sistema de recompensa está debilitado por muchas condiciones patológicas, causando una falta de motivación.
A estudio reciente en Japón examinaron las redes del sistema de recompensa de los monos y las modificaron. En su estudio, los investigadores descubrieron un par de aspectos fundamentales de los sistemas de recompensa destinados a aumentar la motivación.
Desde un punto de vista neurológico, todo se reduce al sistema de recompensa del cerebro, que influye en nuestra propensión a perseguir nuestros objetivos y a disfrutar de la satisfacción que conlleva su consecución.
Para identificar el origen de las dificultades psicológicas perjudiciales a las que pueden enfrentarse ciertos grupos de personas (por ejemplo, las que padecen depresión, esquizofrenia o la enfermedad de Parkinson, cuyos sistemas de recompensa suelen estar comprometidos), los investigadores están estudiando los mecanismos del sistema de recompensa y cómo toma decisiones sobre si iniciar o no ciertas acciones.
Descifrando la motivación: Lo que los investigadores descubrieron
Todos los días sopesamos los beneficios y los costes de una acción para determinar si actuamos o no. Los beneficios (recompensas) aumentan la probabilidad de un resultado exitoso, mientras que el coste de lograr ese resultado (riesgo, retraso y trabajo duro) hace que disminuyan las recompensas.
La dopamina (DA) es un componente clave de la motivación, que afecta al comportamiento en función de las recompensas o los costes esperados de una acción.
El aumento positivo de los disparos de fase por parte de las neuronas DA del cerebro medio se correlaciona con las recompensas potenciales, y el aumento contraproducente se correlaciona con los riesgos.
Cuando la DA transmite sus efectos en el cerebro, lo hace a través de los receptores de DA, que buscan y se unen a las moléculas de DA, propagando así las señales por todo el sistema nervioso. A pesar de ello, dado que las propiedades de cada receptor difieren, era esencial comprender el impacto relativo de cada uno en la vía de señalización de la DA.
Para entender la motivación, los investigadores utilizaron monos macacos para estudiar dos tipos de receptores DA: Los receptores D1 (D1R) y los receptores D2 (D2R), que intervienen en la motivación impulsada por la recompensa.
Los científicos emplearon un enfoque sistemático para modular los receptores D1R y DA en estos monos inyectándoles una molécula que suprimía la respuesta DA de los monos.
Se determinó mediante tomografía de emisión de positrones cuántos receptores estaban unidos o bloqueados en el cerebro de los animales. A continuación, se asignaron a los monos tareas que debían terminar a cambio de una recompensa. Se determinó si aceptaban las tareas o no, y si respondían rápidamente a las señales.
Para comprender en profundidad el papel de la DA en la motivación, es crucial controlar los patrones de DA durante las fases de beneficio y coste, así como las medidas del efecto de la DA en los receptores de DA.
La toma de decisiones y la motivación de una persona se ven afectadas por el intercambio entre la recompensa y el coste para obtenerla.
En general, se cree que los seres humanos y los animales prefieren las recompensas inmediatas y relativamente pequeñas a las más grandes que tardan en llegar.
Es a través de la transmisión de DA mediante el D1R y el D2R que la motivación basada en los costes se controla de forma diferente según la recompensa disponible y los costes incurridos (esfuerzos) para una tarea concreta. Pero la compensación de la carga de trabajo, por otro lado, estaba relacionada principalmente con la manipulación del D2R, ya que escalaba las recompensas en función del esfuerzo requerido.
Los dos subtipos de receptores de dopamina, que según ellos desempeñan funciones complementarias, pueden ayudar a determinar la fisiopatología de los trastornos psiquiátricos prestando atención a sus interacciones.
Investigaciones como las suyas ofrecen la posibilidad de mejorar los niveles de motivación de muchas personas manipulando su sistema de recompensa interno.
Para obtener más información, consulte la referencia que figura a continuación.
Hori, Yukiko, et al. "Los receptores tipo D1 y D2 median diferencialmente los efectos de la transmisión dopaminérgica en la evaluación de costes/beneficios y la motivación en monos" bioRxiv (2021): 2020-11. DOI: http://dx.doi.org/10.1371/journal.pbio.3
Suscríbase a nuestro boletín de noticias
Contenidos exclusivos de alta calidad sobre la eficacia visual
comunicación en la ciencia.